Nota: 10
La llegada de los musulmanes supuso la reactivación de la vida urbana en la península. Este hecho obligó a realizar nuevos sistemas de abastecimiento de agua, ya que era necesaria en las casas y los jardines; en algunas rutinas de la vida cotidiana, como las abluciones antes de entrar a orar en las mezquitas y el baño en los hammam o baños públicos; y en ciertas actividades económicas que se asentaban en las ciudades: alfarerías, tintorerías, curtidurías, etc.
Por ello, los musulmanes construyeron en las ciudades una red de aljibes, que se llenaban por las noches y se alimentaban con el agua de las acequias. Antes debían captar el agua, trayéndola de los ríos o contruyendo pozos.
-la captación y distribución del agua
1. El agua de los ríos se captaba contruyendo en los ríos azudes, presas que obligaban al agua del río a detenerse y formar un remanso. Desde él se tomaban las aguas a partir de un canal abierto en uno de los laterales.
2. El agua subterránea se captaba a través de un qanat. Consistía en una galería horizontal atravesada por varios pozos verticales de aireación. El sistema contenía un pozo madre al principio y varios respiraderos.
3. El qanat llevaba el agua a la población a través de las acequias mayores, que se iban ramificando en otros canales menores
4. Al llegar a la ciudad, el agua se almacenaba en una red de aljibes o cisternas subterráneas, que se solían ubicar en los barrios y cerca de las mezquitas. Estaban hechos de ladrillo o baldosas de barro cocido, y tenían una fachada más o menos decorada.
- El uso del agua. El hammam o baño público.
En Al-Ándalus, el mejor exponente de la cultura del agua fueron los hammam o baños públicos, que existieron en todas las ciudades.
Un recorrido completo por los baños incluía la vista a tres salas: la del agua fría, la del agua templada y la del agua caliente, sobre cuyo suelo se arrojaba agua para que se convirtiera en vapor.
La más amplia y espaciosa era la sala del agua templada, que contaba con una pila central, un conducto por el que fluía el agua, y una serie de bancos donde se recibían los masajes.
Los techos de estas salas eran abovedados. En ellos se abrían huecos o lucernas con forma de estrella y cubiertos con vidrios de varios colores, que podían abrirse y cerrarse para regular la cantidad de vapor de las salas.
El hammam era utilizado por todas las clases y los grupos sociales, ricos y pobres; y por hombres y mujeres: los hombres por la mañana y por la noche, y las mujeres y los niños pequeños por la tarde.
Además de para el aseo, el hammam servía para relajase, divertirse y charlar.
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